Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo. —Isaías 43:2a
Haga clic aquí para leer la lectura bíblica de esta semana: Isaías 43:1-5
“¡No puedo hacer esto!” me dije a mí mismo mientras daba el primer paso sobre el tambaleante puente colgante. Abajo, el hambriento río Belice parecía dispuesto a tragarme entera. Nunca había cruzado un puente colgante así y, honestamente, quería rendirme dejar que mi amigo continuara sin mí. Mi función en nuestro equipo era dirigir a un pequeño grupo de estudiantes de preparatoria en una parte del evento ministerial en el que participábamos. Pero estábamos a punto de llegar tarde. Si quería cumplir con mi parte, no tenía otra opción que cruzar ese puente. En desesperación, clamé a Dios por ayuda, declarando Su Palabra en voz alta con cada paso tembloroso que daba. Finalmente, tras lo que me pareció una eternidad, llegué al otro lado del puente.
La Palabra de Dios dice en Isaías 43:2-3: “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. Yo soy el SEÑOR tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador;” De hecho, tenemos un Padre al que invocamos cuando sentimos que estamos en peligro; y Él siempre aparece. Él es nuestra fortaleza cuando somos débiles.
Tal vez hoy hay algo en tu vida que te asuste. Puede que estés enfrentando una situación de salud o un problema familiar. O tal vez debas tomar una decisión que cambiará tu vida. Puede que sientas que todo el peso recae sobre tus hombros. Pero no tenemos que enfrentar solos nuestros temores ni nuestras dificultades. Dios siempre está presente para guiarnos, consolarnos y protegernos, sea cual sea la situación grande o pequeña.
Reflexióne: ¿A qué le temes? ¿Intentas luchar contra ello solo o le has pedido ayuda al Señor para atravesarlo?
Iniciador de Oración:
Gracias, Señor, por estar siempre conmigo. Ayúdame a buscarte y confiar en que siempre serás mi guía y protector.
Comparte esto con un amigo